La Dieta Disney: cuando lo viral en TikTok puede dañar tu salud

Ilustración de cuatro jóvenes princesas con expresión preocupada, rodeadas de etiquetas como '600 kcal', 'solo agua' y 'reto del día 5', representando la presión estética y los riesgos de la Dieta Disney en redes sociales.

Imagen generada por IA.

❝Comes como Blancanieves, ayunas como Ariel y sueñas con encajar en un cuerpo que nunca fue real.❞
Así funciona la llamada Dieta Disney, un reto que se ha vuelto viral en TikTok y que está empezando a colarse en los feeds de miles de adolescentes.

¿Qué es la Dieta Disney?

A primera vista parece un juego inofensivo: durante 15 días, sigues una dieta inspirada en princesas Disney. Cada día está dedicado a una de ellas y tiene sus propias reglas. Suena casi divertido, hasta que lees los detalles:

  • Día Blancanieves: solo manzanas. Hasta 8.

  • Día Ariel: solo agua. Ayuno total.

  • Día Cenicienta: puedes comer... pero solo antes de medianoche, y no más de 600 calorías.

  • Día Elsa: nada sólido. Solo líquidos fríos.

Todo con un envoltorio color pastel, efectos de glitter y una promesa disfrazada de cuento: adelgazar rápido, “purificar el cuerpo” y lograr una “figura de princesa”.

¿Qué tiene de malo?

Todo. Esta dieta no está pensada por nutricionistas, ni por especialistas en salud. Es restrictiva, desequilibrada y puede tener consecuencias graves, especialmente si se repite o se combina con otras prácticas de riesgo.

  • Aporta entre 300 y 600 calorías diarias, muy por debajo de lo necesario para cualquier persona, especialmente adolescentes en crecimiento.

  • Puede provocar fatiga, mareos, alteraciones hormonales, ansiedad e incluso desencadenar o agravar trastornos de la conducta alimentaria (TCA).

  • Refuerza una narrativa peligrosa: que el hambre se justifica si se logra el cuerpo “correcto”.

El problema no es solo la dieta. Es el algoritmo

TikTok y otras plataformas no son neutrales. Si un vídeo de la Dieta Disney te parece interesante, la app lo detecta… y empieza a mostrarte más. En pocos clics pasas de un trend “curioso” a contenido que glorifica la delgadez extrema, los TCA y los “secretos” para dejar de comer.

Esto no es casual. Es diseño.

Y para una adolescente que no se siente bien con su cuerpo, el peligro es real.

Princesas imposibles… ¿o una oportunidad para conversar?

Los cuerpos de las princesas Disney no son reales. Ni saludables. Ni alcanzables sin filtros, Photoshop o cirugías. Sus cinturas imposibles, piernas infinitas y rostros perfectos son parte de un canon que se repite desde hace décadas y que sigue marcando la idea de belleza de muchas niñas.

Y lo peor es que ese canon se nos introduce muy pronto, disfrazado de cuento, de juego, de fantasía. Sin darnos cuenta, aprendemos a desear ser "elegidas", "rescatadas", "delicadas"… Y por supuesto: delgadas.

Pero aquí viene lo importante: no se trata de cancelar a las princesas. Disney forma parte de la infancia de millones de personas. Hay historias que nos conmueven, canciones que recordamos con cariño y personajes que han evolucionado. El problema no está en verlas… sino en no hablar sobre lo que nos enseñan. ¿Por qué nos seguimos contando que solo merecemos ser protagonistas si entramos en la talla XS?

¿Qué podemos hacer?

1. Hablar en casa desde la infancia

  • Comenta con naturalidad: “¿Te has fijado que todas las princesas tienen el mismo tipo de cuerpo?”

  • Haz preguntas abiertas: “¿Crees que para ser protagonista hay que ser delgada?”

  • Introduce modelos diversos con intención: no solo cuerpos, también personalidades, capacidades, historias.

2. Revisitar los clásicos con mirada crítica

Ver La Sirenita, Cenicienta o Frozen puede ser una oportunidad para:

  • Cuestionar estereotipos: ¿quién habla, quién se calla, quién toma decisiones?

  • Identificar lo que sí nos gusta (coraje, amistad, humor) y lo que no necesitamos imitar (apariencia, dependencia amorosa, falta de personalidad).

3. Fomentar el juego libre, no condicionado

Vestirse de princesa puede ser divertido, pero no debe ser obligatorio para sentirse bella. También se puede ser:

  • Una princesa con gafas

  • Una heroína con cuerpo gordo

  • Una exploradora con ropa cómoda

  • Una inventora sin vestido

4. Ampliar los referentes

  • Mostrar cuentos, series y libros con protagonistas que rompen el molde.

  • Celebrar a Moana, Mérida, Elsa, o personajes fuera de Disney que lideran sin cumplir el cliché.

Recordemos:

El problema no son las princesas. Es que nos creamos que hay una única forma de ser una. La clave está en mirar con ojos despiertos, cuestionar sin prohibir y sumar narrativas nuevas que sí nos representen.

¿Y si desmontamos el hechizo?

En Proyecto Dis-like no vamos a parar. Porque no queremos una generación que se pase la vida odiando su reflejo. Queremos una generación que cuestione, que sepa que la belleza no se mide en calorías (ni en likes), y que el cuerpo ideal no existe.

Si estás viendo este tipo de contenidos en redes: detente, cuestiona, habla.
Si te preocupa alguien cercano: escucha sin juzgar y busca apoyo profesional.
Si te pasó a ti: no estás sola.

Recursos útiles:

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