Cuando la violencia estética gana: el caso Janelle Rohner y la trampa de creer todo lo que vemos en redes
Una influencer gana seguidores documentando su pérdida de peso. Vende un curso. Recibe elogios. Y, cuando finalmente revela que parte del cambio fue posible gracias a una medicación, no lo había dicho antes. ¿El resultado? Decepción, críticas, devoluciones. Pero lo verdaderamente preocupante no es solo lo que hizo ella, sino lo que revela de todos nosotros y del ecosistema digital que habitamos.
Este no es un artículo sobre dietas ni medicamentos. Es un artículo sobre violencia estética, validación corporal en redes sociales y cómo el mercado ha aprendido a monetizar nuestras inseguridades.
La idealización de los cuerpos transformados: ¿qué efecto tiene en nuestra autoestima?
Nos han enseñado que adelgazar es sinónimo de éxito, control, valentía. Y las redes sociales, con sus antes y después cuidadosamente editados, refuerzan esa narrativa una y otra vez.
Cuando seguimos a alguien que “lo ha conseguido”, muchas veces lo hacemos con admiración… y con la esperanza secreta de que nos enseñe el camino. Pero cada imagen de transformación que consumimos sin filtros críticos es también una comparación. Y cada comparación, una posibilidad más de sentir que no llegamos, que no hacemos lo suficiente, que nuestro cuerpo no está “a la altura”.
¿Quién construye la verdad en redes?
Cuando seguimos a alguien en Internet, no solo consumimos contenido. Construimos una historia en torno a esa persona. Le atribuimos verdad, ejemplo, coherencia. Pero, ¿sabemos realmente todo lo que hay detrás?
No todo lo que se calla es mentira, pero en el mundo del marketing personal, ocultar lo relevante mientras se vende una promesa es una forma de desinformación. Las redes no son la vida real. Son una escenografía donde la iluminación, el algoritmo y el negocio muchas veces pesan más que la honestidad.
El impacto del marketing emocional: “yo lo logré, tú también puedes”
Este mensaje está en todas partes: si te esfuerzas, puedes. Si compras el curso, puedes. Si sigues mis pasos, puedes. Lo peligroso no es el deseo de superación, sino la idea de que el éxito físico (y por tanto social) depende exclusivamente de la voluntad individual.
¿Y si no lo consigues? ¿Y si tu cuerpo no responde igual? El marketing emocional se convierte entonces en gaslighting corporal: te culpa por no lograr lo que “otros ya han logrado”. Y te invita a seguir comprando.
La necesidad de una educación mediática integral
Ninguna persona debería pasar por las redes sin herramientas para leer lo que hay detrás del contenido. Necesitamos alfabetización mediática no solo para detectar fake news, sino para:
Identificar omisiones que también manipulan
Reconocer discursos editados que parecen reales
Detectar estrategias de persuasión que se camuflan de cercanía
Una influencer puede equivocarse. Un algoritmo puede amplificar estereotipos. Pero si desarrollamos una mirada crítica, podemos cuestionar lo que nos enseñan sobre el cuerpo, el éxito y el valor personal.
Para pensar (y para conversar en casa, en clase o en redes)
¿Por qué nos fascinan tanto los cuerpos transformados?
¿Qué parte de la historia estamos comprando… y cuál estamos ignorando?
¿Qué deberíamos exigir a quienes monetizan su experiencia personal?
¿Cómo podemos construir redes sociales que no premien solo la apariencia?
Porque lo digital también es emocional. Y educar en lo digital es educar para cuidarnos.
En Proyecto Dis-like creemos que hablar de casos como el de Janelle Rohner no es exponer a una persona, sino abrir una conversación necesaria. Porque cuando la violencia estética se disfraza de contenido motivacional, tenemos el deber de hacerla visible.